Misa Jubilar en Madrid: Cardenal Cobo destaca la vocación de servicio y la esperanza en la Iglesia El domingo pasado, el Cardenal José Cobo, Arzobispo de Madrid, dirigió una Misa Jubilar para diáconos en la Catedral de la Almudena.

El evento coincidió con una ceremonia similar en Roma, donde 50 diáconos permanentes fueron ordenados, incluyendo a Willy Vargas y Alejandro de la Concha de la Archidiócesis de Madrid. Durante la misa, el Cardenal Cobo expresó su agradecimiento a las familias de los diáconos y destacó la vocación de servicio de la Iglesia. Además, instó a los diáconos a servir a los necesitados y a mostrar la riqueza de la Iglesia de Madrid. La ceremonia contó con la música del coro de la Catedral de San Patricio de Dublín.

El cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, presidió la Misa Jubilar para los diáconos celebrada en la Catedral de la Almudena este domingo. Este acto religioso coincidió con otro similar celebrado en Roma, donde se ordenaron 50 diáconos permanentes, entre ellos dos de la Archidiócesis de Madrid: Willy Vargas y Alejandro de la Concha. La ceremonia contó con la música del coro de la catedral de San Patricio de Dublín. Durante la misa, el cardenal Cobo agradeció la "entrega y disponibilidad" de las familias de los diáconos, quienes sirven a Cristo en diversas vocaciones.

En su homilía, el arzobispo de Madrid destacó la vocación de servicio de la Iglesia, que se hace más visible a través del diaconado. "Vivimos en un camino de servicio donde, por el orden recibido, aprendemos a renunciar a nuestros planes y nos disponemos a acoger los planes de los demás. Aprendemos a dar antes que recibir", afirmó el cardenal Cobo. Además, instó a los diáconos a llegar a los lugares de la ciudad donde "hay que atender y consolar", y les pidió que muestren la riqueza de la Iglesia de Madrid, que son los pobres, y que no permitan que la Iglesia pase de largo.

El cardenal Cobo también reflexionó sobre el año jubilar dedicado a la esperanza, subrayando que los diáconos no acuden a la Catedral solo para caminar, sino para entregarse a Cristo. "Jesús apunta más alto en nuestra peregrinación y no nos pide rebajas. Nos pide ser todo amor y generosidad", afirmó. Y concluyó con un denominado a la esperanza colectiva: "No dejéis de decirnos por dónde aparecen los brotes de esperanza y recordad, hay una esperanza que no defrauda, es la de Jesucristo".

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