El primer viernes de marzo de 2025, miles de devotos se congregaron en Madrid para rendir homenaje al Cristo de Medinaceli, una venerada talla del siglo XVII.
Este evento anual, que ha atraído a generaciones de fieles, culminó con una misa presidida por el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid. La talla, conocida por su postura encorvada y mirada acogedora, es custodiada por la comunidad de capuchinos, con el padre Benjamín Echevarría a la cabeza. En esta ocasión, la figura lució un atavío de gala, incluyendo cordones de hilo de oro donados por los devotos. La devoción a Jesús de Medinaceli es vista como un símbolo de rescate y refugio, proporcionando consuelo y esperanza a aquellos que enfrentan dificultades en sus vidas.
Madrid vuelve a demostrar su devoción al Cristo de Medinaceli en el primer viernes de marzo, un día especial en el que se congregan miles de fieles para rendir homenaje a la figura religiosa. El pie derecho de la talla de Jesús de Medinaceli, desgastado por los besos de millones de madrileños a lo largo de los siglos, es una de las características más destacadas de esta representación, que mantiene la rugosidad y el olor de la madera con la que fue tallada.
Para la ocasión, el Señor de Madrid estrena cordones en hilo de oro, donación de unos devotos, y luce su atavío de gala. Este incluye la túnica que llaman "de los ángeles", más corta por delante para dejar los pies al descubierto, la corona de espinas de procesionar, una joya en oro y piedras preciosas regalo del pueblo de Madrid tras la guerra civil, y a su espalda, una ráfaga de plata.
La devoción a Jesús de Medinaceli se transmite de generación en generación, como es el caso de David, un joven de 21 años que asiste por primera vez a este evento religioso. A pesar de no ser un creyente convencido, David muestra respeto hacia el cristianismo y se siente atraído por la fe de las personas que acuden a la basílica.
El Cristo de Medinaceli es conocido por acoger a sus fieles, con su mirada y postura encorvada hacia adelante, como si quisiera escuchar mejor lo que cada uno lleva en su corazón. Este acogimiento se manifiesta especialmente a través del sacramento de la Reconciliación, como señala el padre Benjamín Echevarría, guardián de la comunidad de capuchinos que custodian la basílica.
La figura de Jesús de Medinaceli, una talla del siglo XVII rescatada en varias ocasiones a lo largo de la historia, es vista como un símbolo de rescate y refugio para aquellos que necesitan ser salvados de los problemas de su vida. Así lo atestiguan diversos testimonios de fieles que han encontrado consuelo y esperanza en su devoción a esta figura.
El evento religioso culmina con una misa presidida por el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, que se celebra a las 19:00 horas. Durante el día, se realizan misas cada hora hasta las 24:00 horas. En palabras del padre Benjamín, este año 2025 se insiste en ser testigos de esperanza.
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