El cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, durante su sermón de Miércoles de Ceniza en la catedral de la Almudena, instó a los fieles a utilizar la Cuaresma como un período de renovación y conversión profunda.
El 2 de marzo, en su discurso, enfatizó la importancia del ayuno, la oración y la limosna como herramientas para la conversión, y propuso tres claves para lograrla: caminar con los demás, con humildad y con profundidad y honestidad. El cardenal Cobo también reflexionó sobre el simbolismo de la ceniza y la Cuaresma como una preparación para la Pascua. Finalmente, advirtió sobre el peligro del pesimismo y abogó por una conversión a la esperanza.
El cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, durante su discurso en la catedral de la Almudena en este Miércoles de Ceniza, ha instado a los fieles a vivir la Cuaresma como un tiempo de renovación integral, enfatizando la necesidad de una conversión profunda. "Ayuno, oración y limosna: estas son las herramientas para la conversión", ha asegurado. Asimismo, ha subrayado la necesidad de "convertir la mente, ampliando la lucidez; el corazón, el amor y el cuerpo, activando la vitalidad".
Para lograr dicha conversión, el cardenal Cobo ha propuesto tres claves: caminar con los demás, caminar con humildad y caminar con profundidad y honestidad. Según sus palabras, es fundamental dejar atrás la vivencia individual de la fe y abrirse a la alegría de la comunidad, reconocer la propia fragilidad y limitaciones y abandonar la autosuficiencia para abrirse a la verdad que libera.
El cardenal también ha reflexionado sobre el simbolismo de la ceniza, que marca el inicio de la Cuaresma. "Es el resultado de la hoguera de la noche de Pascua", ha explicado, refiriéndose a los ramos del Domingo de Ramos que fueron consumidos por el fuego. Además, ha destacado que la ceniza también está vinculada al bautismo, ya que en la cabeza de cada cristiano fueron derramados agua y óleo en el momento de su iniciación cristiana.
En su discurso, el arzobispo de Madrid ha subrayado que la Cuaresma es una preparación para la Pascua y ha planteado una serie de preguntas fundamentales: "¿Cómo queremos celebrar la Pascua este año? ¿De qué necesita el Señor rescatarnos? ¿Seremos capaces de caminar con Cristo, 40 días juntos, o preferiremos llegar cada uno por nuestro camino?". En este sentido, ha advertido sobre la tendencia a la individualidad y ha matizado que este tiempo litúrgico es una oportunidad para caminar en comunidad, unidos en la fe y la esperanza.
Finalmente, el cardenal Cobo ha alertado sobre el peligro de quedar atrapados en un discurso pesimista, marcado por la denuncia de los errores sin ofrecer soluciones. Frente a esta actitud, ha propuesto una conversión a la esperanza, que se exprese en una forma de vivir y de relacionarse con los demás.
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