Laura García, una misionera seglar de Madrid, ha sido enviada a la diócesis de Cajamarca, en Perú, por la Delegación Episcopal de Misiones de la Archidiócesis de Madrid. El envío tuvo lugar durante una reciente ceremonia en la capilla de la delegación, donde García recibió la cruz misionera y la bendición de manos del delegado, Manuel Cuervo.
Su misión será apoyar la labor de las Oblatas de María Inmaculada, una congregación fundada en Madrid en 2001, que lleva a cabo una intensa actividad pastoral y evangelizadora en Bombamarca y en los pueblos más remotos del Perú. García fue enviada para hacer presente a Cristo y llevar el Evangelio a aquellos que aún no han conocido al Señor.
La misionera seglar madrileña Laura García ha sido enviada a la diócesis de Cajamarca, en Perú, por la Delegación Episcopal de Misiones de la Archidiócesis de Madrid. En una ceremonia reciente, García recibió la bendición y la imposición de la cruz misionera de manos del delegado, Manuel Cuervo. Su misión será acompañar la labor que desarrollan las Oblatas de María Inmaculada, una congregación recientemente fundada en Madrid en 2001.
Las Oblatas de María Inmaculada llevan a cabo una intensa actividad pastoral y evangelizadora desde su casa en la ciudad de Bombamarca, llegando hasta los pueblos más remotos. Laura García ha recibido la cédula misionera expedida por la Comisión Episcopal de Misiones de la CEE y ha firmado el compromiso misionero rubricado por el cardenal José Cobo. Tras recibir la cruz misionera y la bendición, García inicia su nueva misión.
La capilla de la delegación fue el escenario de este momento de oración y confianza en Dios y en la Iglesia que envía a García. Manuel Cuervo destacó que recibir el envío misionero significa acoger lo que el Señor ha puesto en nuestro corazón y saber que no estamos solos, sino que somos enviados por la Iglesia, que nos cuida, vela por nosotros y confirma nuestra denominada.
Cuervo también recordó que somos testigos en medio del mundo y que, a través de Laura, la Iglesia de Madrid está presente en esas iglesias locales del Perú. Su misión será hacer presente a Cristo en medio de los hombres, llevar el Evangelio y portar la cruz en su cuello, signo de vida, alegría y esperanza para tantas personas que aún no han conocido al Señor. Así, los misioneros, como Laura, llevan en nombre de la Iglesia de Madrid el Evangelio hasta los rincones más lejanos del mundo.
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