El Cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, junto con el catedrático de Derecho de la Universidad de Nueva York, Joseph Weiler, y el jurista Luis María Díez-Picazo, participaron en un coloquio sobre la libertad religiosa en la Europa del siglo XXI.
El evento, que tuvo lugar el 25 de febrero en la Universidad Eclesiástica San Dámaso (UESD), fue una plataforma para discutir el papel del cristianismo en la construcción de sociedades democráticas y plurales. Durante el coloquio, el Cardenal Cobo defendió la libertad religiosa como un derecho fundamental que protege la conciencia individual y garantiza la convivencia en sociedades diversas, y alertó sobre su vulnerabilidad en la actualidad. Por su parte, Weiler y Díez-Picazo ofrecieron perspectivas jurídicas y filosóficas sobre la relación entre laicismo, diversidad y libertad religiosa.
El Cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, ha participado en un coloquio sobre la libertad religiosa en la Europa del siglo XXI, celebrado en la Universidad Eclesiástica San Dámaso (UESD) el 25 de febrero. En el evento también intervinieron el catedrático de Derecho de la Universidad de Nueva York, Joseph Weiler, y el jurista Luis María Díez-Picazo. Durante su intervención, el cardenal Cobo defendió la libertad religiosa como un derecho fundamental que protege la conciencia individual y garantiza la convivencia en sociedades plurales.
El rector de la UESD, Nicolás Álvarez de las Asturias, dio la bienvenida a las autoridades eclesiásticas y civiles, políticas y educativas presentes. Destacó la universidad como "el escenario ideal para el diálogo sereno y fecundo sobre las grandes cuestiones que nos afectan", siempre en clave de futuro y en vanguardia para alumbrar un futuro mejor para todos.
Weiler, experto en derecho constitucional y libertad religiosa, expuso su perspectiva jurídica y filosófica sobre el papel del cristianismo en la construcción de los sistemas democráticos europeos. Argumentó que el laicismo radical, lejos de proteger la diversidad, puede generar un marco de desconfianza o incluso hostilidad hacia las identidades religiosas.
Por su parte, Díez-Picazo destacó la necesidad de una interpretación jurídica de la libertad religiosa que tenga en cuenta el derecho individual y la dimensión comunitaria de la fe. Enfatizó en la necesidad de encontrar un equilibrio entre el principio de laicidad y el respeto a las tradiciones religiosas.
El cardenal Cobo, en su intervención final, alertó sobre la vulnerabilidad de la libertad religiosa en la actualidad y defendió la importancia de no perder de vista las raíces cristianas de la cultura y el derecho en Europa. Subrayó que la libertad religiosa no solo protege a los creyentes, sino que es una garantía de pluralismo para toda la sociedad.
Finalmente, el arzobispo de Madrid defendió que la religión no es un obstáculo para la convivencia democrática, sino un elemento clave en la configuración de sociedades más justas y solidarias. Citando al Papa Francisco, insistió en que la libertad religiosa no solo es un derecho fundamental, sino una garantía contra cualquier intento de totalitarismo y una contribución decisiva a la construcción de la fraternidad humana.
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