El Papa Francisco protagonizó un emotivo encuentro con la hermana Francisca Battiloro, una religiosa de 94 años que ha pasado 75 años en clausura, durante una peregrinación de un grupo de Nápoles en la Basílica de San Pedro.
El suceso tuvo lugar mientras la hermana Francisca rezaba y se encontró inesperadamente con el Papa, quien se dirigía hacia la plaza. La religiosa, sorprendida, expresó que había pedido a Dios este encuentro, aunque lo consideraba imposible. Durante el breve intercambio, el Papa Francisco bromeó con la hermana Francisca mientras le estrechaba la mano, generando un momento de cercanía y alegría. Este episodio resalta la conexión especial entre el líder de la Iglesia Católica y los fieles, especialmente aquellos que han dedicado su vida al servicio religioso.
El Papa Francisco protagonizó un emotivo encuentro con la hermana Francisca Battiloro, una religiosa de 94 años que ha pasado 75 años en clausura. Este inesperado suceso tuvo lugar durante una peregrinación de un grupo de Nápoles en la Basílica de San Pedro. La hermana Francisca, mientras rezaba, se encontró con el Papa, quien se dirigía hacia la plaza. La religiosa expresó su asombro al afirmar que había pedido a Dios este encuentro, aunque lo consideraba imposible.
Durante el breve intercambio, el Papa Francisco bromeó con la hermana Francisca mientras le estrechaba la mano, generando un momento de cercanía y alegría. Este encuentro resalta la conexión especial entre el líder de la Iglesia Católica y los fieles, especialmente aquellos que han dedicado su vida al servicio religioso. La situación inesperada se ha convertido en un símbolo de esperanza y fe para muchos creyentes que ven en estos gestos una reafirmación de su devoción.
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