Seis jóvenes subsaharianos, de entre 18 y 19 años, han sido acogidos en un piso de Cáritas Diocesana de Madrid, procedentes de la diócesis de Canarias, en respuesta a un denominado de la misma a través de los Corredores de Hospitalidad. La acogida, que tuvo lugar en la última semana, es parte de un proyecto de colaboración con la Mesa por la Hospitalidad de Madrid que busca garantizar la dignidad y autonomía de cada inmigrante.
Los jóvenes, que llegaron a las costas canarias buscando un futuro mejor y la posibilidad de ayudar a sus familias con recursos económicos, ahora se encuentran en Madrid, adaptándose a un nuevo entorno y participando en cursos de formación en castellano y talleres de competencias y alfabetización digital.
Nuevas acogidas gracias a los Corredores de Hospitalidad: seis jóvenes subsaharianos de distintas nacionalidades, todos de entre 18 y 19 años, procedentes de la diócesis de Canarias, han sido acogidos temporalmente en un piso de Cáritas Diocesana de Madrid. Los jóvenes llegaron a las costas canarias con la esperanza de un futuro mejor y la posibilidad de ayudar a sus familias con recursos económicos, según explicó María Antonia Ruiz, responsable del Área de Juventud e Infancia de Cáritas Madrid.
A su llegada a Madrid, los jóvenes, sorprendidos por el frío, se vieron en la necesidad de adquirir abrigos. A pesar de los miedos propios de quien comienza de nuevo, se encuentran ilusionados y dispuestos a adaptarse a los ritmos de la ciudad y a un entorno diferente. El piso en el que se alojan está supervisado por técnicos, una trabajadora social y una integradora social.
Este alojamiento es fruto de un proyecto en colaboración con la Mesa por la Hospitalidad de Madrid y una respuesta a un llamamiento de la diócesis de Canarias a través de los Corredores de Hospitalidad. Esta iniciativa, que tuvo su estreno en Madrid con la acogida de tres nigerianos, es un proceso que garantiza que cada inmigrante, respetando su autonomía y dignidad personal, pueda realizar plenamente su proyecto con el acompañamiento de la Iglesia.
A estos jóvenes se les ofrece alojamiento temporal, cobertura de necesidades básicas, apoyo psicosocial y se trabaja con ellos para lograr su autonomía e inserción social. Para ello, cuentan con un equipo de voluntarios que han estado trabajando en la preparación del piso para su acogida y en su acompañamiento en las distintas gestiones que están emprendiendo para ser ciudadanos de pleno derecho en la ciudad que los acoge.
Además, María Antonia Ruiz destacó que los jóvenes, que llegaron hace una semana, ya están inscritos en cursos de formación en castellano y están realizando su primer taller de competencias y alfabetización digital. "Son jóvenes con muchas ganas de aprender para poder trabajar cuanto antes y lograr su independencia económica para ayudar a sus familias", concluyó Ruiz.
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