El pasado domingo, la iglesia de Cubas de la Sagra en Madrid celebró una misa en acción de gracias por la beatificación de Sor Juana de la Cruz, una monja franciscana del siglo XVI.
La ceremonia fue presidida por el obispo de la Diócesis de Getafe, Ginés García Beltrán, quien resaltó la relevancia de Sor Juana en la historia de la Iglesia en España. Sor Juana, nacida como Juana Vázquez Gutiérrez en 1481, es reconocida por sus visiones místicas y estigmas que la convirtieron en una figura venerada en su época. Su beatificación en 2019 es un reconocimiento a su vida de santidad y su contribución a la espiritualidad cristiana.
El pasado domingo, la iglesia de la localidad madrileña de Cubas de la Sagra acogió una misa en acción de gracias por la beatificación de Sor Juana de la Cruz, una monja franciscana del siglo XVI que es considerada una de las grandes místicas de la historia de la Iglesia en España. La ceremonia fue oficiada por el obispo de la Diócesis de Getafe, Ginés García Beltrán, quien destacó la importancia de la figura de Sor Juana de la Cruz en su homilía.
Sor Juana de la Cruz, cuyo nombre de pila era Juana Vázquez Gutiérrez, nació en 1481 en la localidad de Azaña, hoy conocida como Numancia de la Sagra, en la provincia de Toledo. A los 16 años, ingresó en el convento de las Clarisas de la localidad de Cubas de la Sagra, donde vivió hasta su muerte en 1534. Durante su vida religiosa, Sor Juana de la Cruz destacó por sus visiones místicas, sus éxtasis y sus estigmas, que la convirtieron en una figura venerada por sus contemporáneos.
En su homilía, el obispo García Beltrán destacó la importancia de la figura de Sor Juana de la Cruz en la historia de la Iglesia en España, y recordó que, a pesar de ser una mujer del siglo XVI, sus enseñanzas siguen siendo válidas en la actualidad. "Sor Juana de la Cruz es un ejemplo de cómo la fe puede transformar la vida de una persona y cómo esa transformación puede influir en la sociedad", afirmó el obispo.
La beatificación de Sor Juana de la Cruz, que tuvo lugar en 2019, es un reconocimiento de la Iglesia a su vida de santidad y a su contribución a la espiritualidad cristiana. Con este acto de acción de gracias, la Diócesis de Getafe quiere recordar y honrar a esta figura tan importante en la historia de la Iglesia en España.
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