La Santa Sede propone en la ONU superar el PIB como indicador de desarrollo sostenible Durante una reunión de alto nivel en la ONU centrada en la Agenda 2030, la Santa Sede propuso una nueva perspectiva sobre el desarrollo sostenible.

El 9 de octubre de 2023, el arzobispo Gabriele Caccia, representante permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, argumentó que el Producto Interior Bruto (PIB) no es un indicador suficiente del progreso de los países de renta media. Según Caccia, el PIB no captura todas las dimensiones del desarrollo humano, lo que subraya la necesidad de adoptar indicadores más amplios. La intervención, que tuvo lugar en la sede de la ONU, busca influir en la comunidad internacional para que adopte un enfoque más integral que incluya aspectos como la calidad de vida, la equidad social y la sostenibilidad ambiental. Esta propuesta podría cambiar la forma en que se mide el desarrollo global y afectar la formulación de políticas internacionales.

La Santa Sede ha planteado una nueva perspectiva sobre el desarrollo sostenible durante una reunión de alto nivel en la ONU, centrada en la Agenda 2030. El arzobispo Gabriele Caccia, representante permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, destacó la necesidad de ir más allá del Producto Interior Bruto (PIB) como único indicador del progreso de los países de renta media. Según Caccia, el PIB no refleja adecuadamente todas las dimensiones del desarrollo humano, por lo que es crucial adoptar indicadores más amplios y completos.

El arzobispo subrayó que confiar exclusivamente en el PIB puede llevar a una visión reduccionista del desarrollo, ignorando aspectos esenciales como la calidad de vida, la equidad social y la sostenibilidad ambiental. En su intervención, hizo una llamada a la comunidad internacional para que considere un enfoque más integral que incluya estos factores en la evaluación del progreso. Este enfoque busca proporcionar una imagen más fiel de las realidades y necesidades de los países en desarrollo.

La intervención de la Santa Sede busca influir en la forma en que se mide el desarrollo a nivel global, promoviendo un cambio de paradigma que permita una evaluación más justa y precisa del bienestar de las naciones. La propuesta de utilizar indicadores más completos podría tener implicaciones significativas en la formulación de políticas y en la asignación de recursos a nivel internacional, beneficiando especialmente a los países de renta media que a menudo quedan en una posición intermedia en las estadísticas globales.

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