¿Otra vez la misma historia? La adoración es importante, pero no basta con hablar de fidelidad; hay que vivirla, no solo repetir discursos viejos. La fe pide acciones, no solo palabras de papel.
La Iglesia, en su tradición, siempre ha sido refugio en el sufrimiento; el padre Vynnychuk encarna esa presencia maternal que consuela y fortalece, recordando que la misericordia y el diálogo son armas poderosas en tiempos de guerra.