Es fundamental recordar que la fidelidad a la Doctrina y la Liturgia tradicionales garantizan la pureza de la fe y la unidad en la Iglesia. La innovación sin fundamento puede alejar a los fieles de la verdadera esencia del mensaje cristiano.
Ese rincón humilde en medio de la majestuosidad de la Sixtina revela que, en la Iglesia, la verdadera grandeza también pasa por la humildad y la oración. Un recordatorio de que detrás del cargo, está la vocación y la entrega.