Más de 2.000 personas rezan en la Almudena por el alma del Papa Francisco tras su fallecimiento Más de 2.000 personas se reunieron en la catedral de la Almudena de Madrid para participar en una Eucaristía por el alma del Papa Francisco, pocas horas después de su fallecimiento.

El acto, convocado por el arzobispo de Madrid, tuvo lugar en un ambiente de recogimiento y unidad, y contó con la presencia de autoridades como el delegado del Gobierno y la vicealcaldesa de la ciudad. La misa se celebró en el marco de la liturgia pascual, que impide funerales tradicionales, por lo que se convirtió en una acción de gracias vinculada a la resurrección de Jesucristo. La convocatoria respondió a la petición del propio pontífice de que se rezara por él, y durante la ceremonia se subrayó el mensaje de esperanza y vida eterna. La homilía destacó la apertura y acogida de la Iglesia, así como la importancia de centrarse en el legado espiritual del Papa.

En la catedral de la Almudena de Madrid, más de 2.000 personas se congregaron para rezar por el alma del Papa Francisco, tras su fallecimiento, según informó el cardenal camarlengo Kevil Farrel. La asistencia superó la capacidad del templo, por lo que algunos fieles siguieron la Eucaristía desde el exterior. Entre los presentes destacaron autoridades como el delegado del Gobierno y la vicealcaldesa de Madrid.

El arzobispo de Madrid expresó su agradecimiento a todos los asistentes, incluyendo a los no creyentes, por la solidaridad mostrada en estos días. El cardenal Carlos Osoro Cobo destacó el apoyo recibido tanto de fieles como de quienes, sin compartir la fe, han manifestado su cariño hacia la Iglesia. El acto se desarrolló en un ambiente de recogimiento y unidad.

El motivo de la convocatoria fue explicado por el arzobispo, quien recordó que el Papa Francisco solicitaba que se rezara por él. La Eucaristía se celebró pocas horas después del tránsito al Padre del pontífice, considerado “el Papa de la misericordia y de la esperanza”. La fecha coincidió con la liturgia pascual, que impide la celebración de funerales tradicionales.

El cardenal subrayó que esta circunstancia convierte la misa en una acción de gracias especial, vinculada a la resurrección de Jesucristo. Se quiso transmitir que la muerte no tiene la última palabra, ni siquiera sobre la vida del Papa Francisco. Así, la ceremonia adquirió un carácter de esperanza y afirmación de la vida eterna.

Durante la homilía, el arzobispo comparó a la Iglesia de Madrid con una familia que se reúne en momentos de alegría y dificultad. Pidió al Señor que abra las puertas del paraíso al Papa, quien siempre pidió abrir las puertas de la Iglesia a todos. Este llamado a la apertura y acogida fue uno de los ejes del mensaje religioso.

Finalmente, el cardenal insistió en que el foco no debe centrarse en la figura del Papa, sino en el mensaje que siempre transmitió. Basándose en el Evangelio de san Mateo, destacó tres verbos clave para afrontar la Pascua y la despedida del pontífice, invitando a los presentes a reflexionar sobre el sentido de la vida y la fe en este momento.

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