La tarde de ayer, creyentes de todo el mundo se unieron en oración por la salud del Papa Francisco. La cadena de oraciones tuvo lugar tras la Meditación de los Ejercicios Espirituales y fue dirigida por el Cardenal Prefecto del Dicasterio para el Diálogo Interreligioso.
El Cardenal invitó a los presentes a encomendar al Santo Padre y a todos los enfermos a la protección de María. Este acto de fe ha trascendido las barreras religiosas, con personas de diferentes credos y no creyentes uniéndose en buenos deseos para el Pontífice. La movilización global destaca la figura del Papa Francisco como líder espiritual y moral cuyo mensaje de amor y unidad resuena en todo el mundo.
La tarde de ayer, tras la Meditación de los Ejercicios Espirituales, se realizó el rezo del Rosario en favor de la salud de Su Santidad, el Papa Francisco. La introducción a los Misterios Gloriosos estuvo a cargo del Cardenal Prefecto del Dicasterio para el Diálogo Interreligioso. En su intervención, el Cardenal instó a los presentes a «encomendar al Santo Padre y a todos los enfermos a la protección materna de María», uniendo nuestras súplicas a las de los más necesitados.
Este acto de fe no solo ha movilizado a los creyentes de la Iglesia Católica, sino también a personas de otros credos y a no creyentes, que se han unido en una cadena de oración y buenos deseos para la salud del Pontífice. Este hecho pone de manifiesto la figura del Papa Francisco como un líder espiritual y moral, que trasciende las barreras religiosas y culturales, y cuyo mensaje de amor y unidad resuena en todo el mundo.
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