El 24 de septiembre, el arzobispo Gabriele Caccia, representante permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, participó en una reunión de alto nivel en Nueva York dedicada a la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
Durante su intervención, Caccia criticó el uso exclusivo del Producto Interior Bruto (PIB) como indicador del desarrollo de los países, argumentando que este enfoque ignora aspectos esenciales del bienestar humano. Propuso la creación de indicadores más integrales que incluyan factores como la calidad de vida, la equidad social y la sostenibilidad medioambiental. La Santa Sede busca promover un cambio de paradigma en la evaluación del progreso de los países, especialmente los de renta media, destacando la necesidad de políticas que reconozcan la dignidad humana y fomenten un desarrollo inclusivo y equitativo.
El arzobispo Gabriele Caccia, observador permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, participó en una reunión de alto nivel centrada en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Durante su intervención, Caccia subrayó la importancia de adoptar un enfoque más holístico al evaluar el progreso de los países, especialmente aquellos de renta media. Criticó la dependencia exclusiva del Producto Interior Bruto (PIB) como indicador de desarrollo, argumentando que esta medida descuida múltiples dimensiones del bienestar humano.
Caccia destacó que el PIB, aunque útil, no refleja aspectos cruciales como la calidad de vida, la equidad social y la sostenibilidad medioambiental. Propuso la necesidad de desarrollar indicadores más completos que puedan ofrecer una visión más precisa y equitativa del progreso de las naciones. Según el arzobispo, estos indicadores deberían incluir factores como la educación, la salud, la justicia social y la protección del medio ambiente, para garantizar un desarrollo verdaderamente sostenible.
La intervención de la Santa Sede en este foro internacional busca impulsar un cambio de paradigma en la manera en que se mide el desarrollo. Al centrarse en los países de renta media, Caccia enfatizó que estos estados enfrentan desafíos únicos que no siempre se reflejan en el PIB. La Santa Sede aboga por un enfoque que reconozca la dignidad humana y promueva políticas que beneficien a toda la población, asegurando así un desarrollo inclusivo y equitativo.
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