El 2 de abril, la Oficina de Prensa de la Santa Sede difundió un mensaje del Papa Francisco, originalmente preparado para la Audiencia General, que fue cancelada debido a la convalecencia del Pontífice.
En este mensaje, Francisco reflexiona sobre el pasaje bíblico del encuentro entre Jesús y Zaqueo, destacando que Dios siempre busca a aquellos que están perdidos. A través de la figura de Zaqueo, un recaudador de impuestos que recibe una oportunidad de redención por parte de Jesús, el Papa subraya la misericordia divina y la constante búsqueda de Dios por quienes se sienten alejados. Francisco anima a los fieles a confiar en la misericordia de Dios y a no perder la esperanza, incluso frente a dificultades personales o espirituales, enfatizando la posibilidad de transformación personal mediante la apertura al amor divino.
El Papa Francisco, en una catequesis preparada para la Audiencia General del 2 de abril, reflexiona sobre el pasaje bíblico del encuentro entre Jesús y Zaqueo. A pesar de que la audiencia fue cancelada debido a la convalecencia del Pontífice, la Oficina de Prensa de la Santa Sede ha difundido el mensaje. En su reflexión, el Papa subraya que Dios siempre busca a aquellos que están perdidos, destacando la importancia de no perder la esperanza, incluso cuando se percibe una incapacidad para cambiar.
Francisco utiliza la figura de Zaqueo, un recaudador de impuestos que, a pesar de sus malas acciones, es buscado por Jesús, quien le ofrece una oportunidad de redención. Este encuentro simboliza la misericordia divina y la constante búsqueda de Dios por aquellos que se sienten alejados o perdidos. El Santo Padre anima a los fieles a confiar en esta misericordia y a no rendirse ante las dificultades personales o espirituales que puedan enfrentar.
El mensaje del Papa también enfatiza la capacidad de transformación que cada persona tiene, independientemente de su pasado. Francisco invita a los fieles a abrirse al amor de Dios y a permitir que este amor transforme sus vidas. La catequesis busca inspirar a los creyentes a mantener la esperanza y a reconocer que el cambio es posible, gracias a la intervención divina y a la disposición personal para acogerlo.
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