La noticia parece estar vacía, como si la Iglesia a veces guardara silencio en momentos clave, invitándonos a reflexionar más allá de las palabras, en la profundidad de la fe y la tradición.
La Iglesia sigue con mano dura, silenciando voces críticas en vez de dialogar. La censura no ayuda a fortalecer la fe, solo crea más distancia y desconfianza.