Durante la celebración del Jueves Santo, el obispo auxiliar instó a los cristianos a desempeñar un papel activo en la reconciliación y el perdón, subrayando la necesidad de "lavar y besar los pies del enemigo".
Este llamado fue realizado en el contexto de la ceremonia del lavatorio de pies, un acto simbólico que rememora el gesto de humildad de Jesús hacia sus discípulos. El evento tuvo lugar en una iglesia con la participación de numerosos fieles que conmemoraban la Última Cena y el mandamiento del amor fraterno. La declaración del obispo, en medio de un contexto social de crecientes tensiones, enfatizó la importancia de la empatía y el diálogo, promoviendo un acercamiento basado en el respeto mutuo y la reconciliación sincera. El mensaje busca inspirar a los creyentes a ser agentes de paz en sus comunidades.
El obispo auxiliar, durante la celebración del Jueves Santo, ha instado a los cristianos a asumir un papel activo en la reconciliación y el perdón, enfatizando que “hoy más que nunca, los cristianos estamos llamados a lavar y besar los pies del enemigo”. Este mensaje fue transmitido en el contexto de la tradicional ceremonia del lavatorio de pies, un acto simbólico que recuerda el gesto de humildad de Jesús hacia sus discípulos. La declaración subraya la importancia de la empatía y el diálogo incluso con aquellos considerados adversarios.
El acto del lavatorio de pies, central en la liturgia del Jueves Santo, se convierte en un símbolo poderoso de servicio y humildad. En este sentido, el obispo auxiliar destacó la relevancia de este gesto en el mundo contemporáneo, donde las divisiones y conflictos prevalecen. El llamado a “lavar y besar los pies del enemigo” se presenta como un desafío a superar las barreras del odio y la incomprensión, promoviendo un acercamiento basado en el respeto mutuo y la reconciliación sincera.
La ceremonia del Jueves Santo se llevó a cabo con la participación de numerosos fieles, quienes acudieron a la celebración para conmemorar la Última Cena y el mandamiento del amor fraterno. Durante la homilía, se hizo hincapié en la necesidad de seguir el ejemplo de Jesús, quien no dudó en servir a sus discípulos y enseñar el valor del perdón y la humildad. Este mensaje cobra especial relevancia en un contexto social donde las tensiones y el enfrentamiento parecen estar en aumento.
En su intervención, el obispo auxiliar subrayó que el acto de lavar los pies no es meramente ritual, sino una invitación a la acción concreta en la vida diaria de los creyentes. “Estamos llamados a ser agentes de paz y reconciliación”, afirmó, instando a los cristianos a adoptar una actitud de servicio y comprensión hacia todos, sin distinción. El mensaje busca inspirar a los fieles a emular el ejemplo de Jesús, promoviendo un cambio positivo en sus comunidades y más allá.
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