Entierro de Franciscus en Santa María Mayor: nuevo punto de peregrinación católica El 26 de abril, la Basílica de Santa María Mayor en Roma se convirtió en el epicentro de la devoción católica con el entierro de Franciscus, el Papa que guió a la Iglesia durante 12 años.

Este evento, que coincidió con el Jubileo de los Adolescentes en el Año Santo de la Esperanza, atrajo a miles de fieles que acudieron a rendir homenaje al primer Papa latinoamericano. La ceremonia, marcada por el recogimiento y la oración, fue presidida por el cardenal Cobo, quien destacó la multitud congregada, similar a la vista en la Plaza de San Pedro. La tumba de Franciscus, situada cerca de la venerada imagen de la Salus Populi Romani, se ha convertido en un nuevo punto de peregrinación, simbolizando el legado de humildad y cercanía a los pobres que caracterizó su pontificado.

Roma, centro espiritual de la Cristiandad, sigue siendo un lugar de peregrinación para los fieles católicos. La sede de Pedro y la tumba de muchos papas han convocado a creyentes de todo el mundo, especialmente en años jubilares como el actual Año Santo de la Esperanza. Este contexto ha intensificado la afluencia de peregrinos, quienes se sienten llamados a renovar su fe y devoción en estos lugares sagrados.

El reciente entierro de Franciscus en la Basílica de Santa María Mayor ha convertido este lugar en un nuevo punto de referencia para los católicos. El pasado 26 de abril, coincidiendo con el Jubileo de los Adolescentes, se celebró el sepelio del Papa que lideró la Iglesia durante 12 años. La inscripción en su tumba, sencilla y humilde, refleja su deseo de una Iglesia cercana a los pobres. Miles de personas han acudido a rendir homenaje, formando largas filas desde primeras horas del día.

El cardenal Cobo, presente en las Vísperas Solemnes, destacó la multitud que se congregó, similar a la vista en la Plaza de San Pedro. La Basílica, donde Franciscus solía encomendar sus viajes apostólicos a la Salus Populi Romani, se ha llenado de silencio y recogimiento. El arzobispo de Madrid, uno de los electores del próximo Cónclave, subrayó el ambiente de oración y el cariño palpable entre los asistentes.

La tumba de Franciscus, ubicada cerca de la Salus Populi Romani, atrae a personas de diversas procedencias, todas unidas en un mismo espíritu de recogimiento. El arzobispo de Madrid resaltó la importancia de este momento de oración compartida entre los cardenales, quienes se reunieron para despedir al primer Papa latinoamericano. Las Vísperas fueron un instante de silencio y reflexión, marcando un hito en la historia reciente de la Iglesia.

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