El Jueves Santo inicia el Triduo Pascual con la conmemoración de la Última Cena La celebración del Jueves Santo marca el inicio del Triduo Pascual en la Iglesia, conmemorando la Última Cena de Jesús con sus apóstoles.

Este evento, que tiene lugar en iglesias de todo el mundo, se celebra en la tarde y busca la participación activa de la comunidad local. Durante la ceremonia, se destacan tres aspectos clave: la institución de la Eucaristía, el orden sacerdotal y el mandamiento de la caridad fraterna. Todos los presbíteros suelen concelebrar, simbolizando la comunión eclesial. Un elemento distintivo de la jornada es la reserva del Santísimo Sacramento, decorado para fomentar la oración y meditación, aunque se recomienda sobriedad en su presentación. El rito del lavatorio de los pies, realizado a personas designadas, evoca el servicio y amor de Cristo. Tras la Misa, los fieles pueden participar en la adoración prolongada del Santísimo Sacramento, leyendo fragmentos del Evangelio de san Juan.

Con la Misa vespertina del Jueves Santo, la Iglesia inicia el Triduo Pascual, evocando la Última Cena en la que, según la tradición, Jesús ofreció a Dios Padre su Cuerpo y su Sangre bajo las especies del pan y del vino. **Este acto simboliza el amor extremo de Jesús hacia los suyos en la noche en que iba a ser entregado.** Los apóstoles recibieron el mandato de continuar esta ofrenda, un gesto que se perpetúa en el sacerdocio.

Durante esta jornada, se rememoran tres aspectos fundamentales: la institución de la Eucaristía, el orden sacerdotal y el mandamiento sobre la caridad fraterna. **La celebración, que se lleva a cabo por la tarde, busca la participación plena de toda la comunidad local.** Es habitual que todos los presbíteros concelebren, incluso si ya han participado en la Misa Crismal, como símbolo de comunión.

Un componente característico del Jueves Santo es la reserva del Santísimo Sacramento, que se presenta de manera decorada para fomentar la oración y meditación. **No obstante, se recomienda mantener la sobriedad y austeridad propias de la liturgia de estos días.** El lavatorio de los pies, realizado a personas designadas, simboliza el servicio y amor de Cristo, quien vino a servir.

Los fieles pueden participar en una adoración prolongada del Santísimo Sacramento tras la Misa de la Cena del Señor. **Es común leer fragmentos del Evangelio de san Juan, especialmente los capítulos 13 al 17, durante esta adoración.** Después de la medianoche, la adoración se realiza sin solemnidad, al haber comenzado el día de la Pasión del Señor.

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