El 19 de abril, durante el Sábado Santo, se llevó a cabo una ceremonia en la Basílica de Santa María La Mayor, encabezada por el cardenal arcipreste de la basílica.
El evento, situado en un contexto de recogimiento y reflexión, reunió a numerosos fieles que acudieron para rendir homenaje a la Virgen María, destacada como modelo de fe y esperanza inquebrantables. La homilía del cardenal subrayó el papel de María como un ejemplo de perseverancia y confianza en tiempos de incertidumbre, instando a los creyentes a seguir su ejemplo en la vida diaria. La ceremonia incluyó oraciones y cantos dedicados a la Virgen, creando un ambiente de profunda espiritualidad que reflejó la devoción de los asistentes hacia María como madre y protectora de la fe cristiana.
El pasado 19 de abril, en el marco del Sábado Santo, el cardenal arcipreste de la Basílica de Santa María La Mayor encabezó una celebración en la basílica liberiana. Durante el evento, se destacó la figura de María como un modelo de fe y esperanza inquebrantables. La ceremonia, que tuvo lugar en un contexto de recogimiento y reflexión, reunió a numerosos fieles que acudieron a rendir homenaje a la Virgen en un día de especial significado para la comunidad cristiana.
El cardenal resaltó el papel de María como un ejemplo de perseverancia y confianza en momentos de incertidumbre. En su homilía, hizo hincapié en la importancia de seguir el ejemplo de la Virgen en la vida diaria, subrayando su capacidad para mantener la esperanza incluso en las circunstancias más difíciles. La figura de María fue presentada como un faro de luz y guía espiritual para los creyentes, invitándolos a emular su devoción y entrega.
La celebración en la Basílica de Santa María La Mayor se enmarca dentro de las actividades litúrgicas del Sábado Santo, un día caracterizado por el silencio y la espera. Durante la ceremonia, se llevaron a cabo diversas oraciones y cantos dedicados a la Virgen, creando un ambiente de profunda espiritualidad. Los asistentes participaron activamente en los ritos, reflejando la devoción y el respeto hacia María como madre y protectora de la fe cristiana.
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