Las monjas scalabrinianas, lideradas por la directora del Instituto Madre Asunta, sor Albertina Pauletti, enfrentan crecientes desafíos en su labor de apoyo a mujeres y niños migrantes en la frontera entre México y Estados Unidos.
Esta situación, que se desarrolla en Tijuana, México, se ha agudizado debido a las políticas de inmigración del ex presidente estadounidense Donald Trump, que incluyen decretos ejecutivos de expulsión. Sor Pauletti ha expresado su preocupación por la creciente dificultad para ayudar a los migrantes, cuestionando la necesidad de muros entre las personas, y ha destacado la dedicación de las monjas a pesar de los obstáculos políticos y sociales. Su testimonio ilustra la creciente hostilidad hacia los migrantes y la necesidad de solidaridad y comprensión.
La labor de las monjas scalabrinianas en la frontera entre México y Estados Unidos es cada vez más desafiante, según el testimonio de sor Albertina Pauletti, directora del Instituto Madre Asunta, a los medios vaticanos. Este instituto, ubicado en Tijuana, México, trabaja incansablemente en favor de mujeres y niños migrantes, proporcionándoles apoyo en medio de una situación cada vez más complicada.
Sor Pauletti cuestiona la necesidad de levantar muros entre las personas, en clara referencia a la política de inmigración del ex presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cuyos decretos ejecutivos de expulsión han complicado aún más la situación de los migrantes en la frontera. La labor de las monjas scalabrinianas se convierte así en un faro de esperanza para aquellos que buscan una vida mejor al otro lado de la frontera.
El "carisma de frontera" de estas religiosas, como lo describe sor Pauletti, se refleja en su compromiso y dedicación para ayudar a los más vulnerables, a pesar de los obstáculos políticos y sociales que enfrentan. Su testimonio pone de manifiesto la necesidad de solidaridad y comprensión en un contexto de creciente hostilidad hacia los migrantes.
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