Jóvenes migrantes que llegaron a Madrid, España, tras huir de la violencia y la esclavitud en sus países de origen, han encontrado refugio en familias de acogida gracias a la organización Sercade (Servicio Capuchino para el Desarrollo y la Solidaridad). Este hecho ha ocurrido en los últimos años, con un notable incremento en 2024.
Los jóvenes, como Lassana de Malí y Tidiane de Guinea Conakri, fueron acogidos por familias de Madrid tras pasar un tiempo en la calle. Sercade y la diócesis de Madrid, a través de su iniciativa Mesa por la Hospitalidad, han facilitado este proceso de acogida, brindando a los jóvenes un lugar seguro donde dormir, comer y asearse. Las familias de acogida, como Fernando y Blanca, y las hermanas vedrunas de la Ciudad de los Poetas, han superado el miedo inicial para proporcionar un espacio de seguridad y cariño a estos jóvenes migrantes.
Lassana, un joven de 20 años originario de Malí, fue uno de los miles de migrantes que llegaron a la isla de El Hierro en la campaña de 2024. Huyó de su país para escapar de la esclavitud a la que estaba sometido. Tras un periplo que le llevó hasta Francia, aterrizó en Madrid hace un mes y cinco días. Los dos primeros días los pasó en la calle; después, alguien le habló de Sercade (Servicio Capuchino para el Desarrollo y la Solidaridad). La primera semana estuvo con una familia de acogida de urgencia, y después pasó a los recursos de la Mesa por la Hospitalidad, iniciativa de la diócesis de Madrid también de acogida de urgencia.
Tidiane, de Guinea Conakri, fue acogido al llegar a Madrid después de un recorrido de un año y cuatro meses por España. Huyó de la violencia entre etnias, en la que estaba inmersa su propia familia. La primera semana, gracias a Sercade, la pasó en casa de una familia de acogida de emergencia. Después fue a una casa de la Iglesia en la zona de Antonio Machado.
El proyecto de familias de acogida de emergencia de Sercade, cuenta con 12 familias de un perfil muy variado. Se comprometen a acoger a un chico una noche. A pesar de que no es fácil, una vez que las familias han traspasado la barrera del miedo, suelen estar muy contentas.
Fernando y Blanca son una de las familias de acogida desde hace poco más de un año. Cada día están disponibles para acoger a jóvenes que esa noche no tengan donde dormir. Siempre están dispuestos con cena, cama y desayuno, a lo que añaden la opción de ducha.
Por otro lado, las hermanas vedrunas de la Ciudad de los Poetas, en la zona de la Dehesa de la Villa, también acogen a migrantes en situación de calle. La nueva casa, que inauguraron el 20 de octubre de 2020, cumple dos objetivos: acoger a estos chicos y vivir como comunidad religiosa.
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