Hace dos décadas, Mavi Allende introdujo en España un modelo de oración conocido como la Oración de las Madres, fundado en 1995 por Verónica Williams.
Inspirada por una conferencia de Williams en el santuario de Schoenstatt, Madrid, Allende comenzó a organizar reuniones semanales de oración con grupos de dos a ocho madres. Estas reuniones se centran en la oración por los hijos y se realizan con la esperanza de influir en su presente y futuro, asegurándose de que conozcan el amor de Dios. Actualmente, la práctica se ha extendido por toda España y más de 130 países, con.
Hace veinte años, Mavi Allende asistió a una conferencia en el santuario de Schoenstatt en la calle Serrano, Madrid, donde escuchó a Verónica Williams hablar sobre un modelo de oración que había fundado en 1995, conocido como la Oración de las Madres. Inspirada por lo que escuchó, Allende decidió traer este modelo de oración a España.
La Oración de las Madres surgió de la preocupación de Williams por sus hijos. Junto a su cuñada, comenzó a orar de manera especial, y tras un mes de rezar el rosario, se sintió inspirada para escribir nueve oraciones que componen el libro utilizado para la Oración de las Madres. Estas oraciones incluyen invocaciones al Espíritu Santo, peticiones de perdón, alabanzas, agradecimientos por la maternidad, y oraciones por la unidad de las madres.
Las reuniones de oración se llevan a cabo una vez por semana, con un mínimo de dos madres y un máximo de ocho. Las participantes son de todas las edades y situaciones, pero todas comparten el deseo de poner a sus hijos en manos del Señor. Algunas comienzan a participar apenas nace su primer bebé, mientras que otras se unen cuando sus hijos ya son mayores.
Hoy en día, la Oración de las Madres se practica en toda España y en más de 130 países alrededor del mundo. En Madrid, una de las parroquias donde se practica es San Romano Clemente, en la Ciudad de los Ángeles, donde hay nueve grupos de oración con más de 80 madres.
Las madres que participan en estos grupos de oración buscan que sus hijos sean personas de Dios. Confían en que, a través de la oración, pueden influir en el presente y el futuro de sus hijos, y asegurar que conozcan el amor de Dios. Además, encuentran consuelo y apoyo en el grupo, ya que comparten las mismas preocupaciones y experiencias.
La oración no cae en saco roto. Las participantes han visto cambios notables en sus hijos, sus familias y en ellas mismas. Hijos que no tenían fe han encontrado la religión, madres que no estaban casadas por la Iglesia han decidido hacerlo, y maridos que no frecuentaban la iglesia ahora participan activamente.
La Oración de las Madres es también una fuente de esperanza y consuelo para estas mujeres. En sus reuniones, se sienten acompañadas y comprendidas, y encuentran la paz en la espiritualidad del abandono.
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