El Congreso de Vocaciones «¿Para quién soy?» se inauguró el viernes en el Madrid Arena, reuniendo a más de 3.
000 participantes de las 70 diócesis españolas. El evento, liderado por el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, busca fomentar la reflexión y el diálogo sobre la vocación y la fe. Durante la apertura, el cardenal Cobo enfatizó la importancia de cuestionar y reflexionar sobre la vida y la fe, y advirtió sobre la creciente desconexión entre la vida online y la realidad, lo que podría llevar a la pérd.
El Congreso de Vocaciones «¿Para quién soy?» ha abierto sus puertas este viernes en el pabellón Madrid Arena, congregando a más de 3.000 personas de diversas realidades: diócesis, vida consagrada y movimientos. Los participantes, provenientes de las 70 diócesis españolas, han llegado con el entusiasmo de ser peregrinos, de compartir y de enfrentar los desafíos que plantea este Congreso, que busca ser un encuentro que ayude a reconocer que el Señor sigue llamando a la vida, a la fe y a la misión.
El cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, ha dado la bienvenida a todos los participantes en Madrid con un mensaje y un deseo: que nos escuchemos unos a otros. "Lo mejor que a alguien le puede ocurrir en la vida es poder conducir su libertad a su horizonte más amplio y eso solo se hace si es capaz de formular a las preguntas fundamentales. Nada es tan obvio que no merezca ser interrogado. Nuestro tiempo presenta una grieta peligrosa y es la falta de preguntas", ha señalado el arzobispo de Madrid.
Cobo ha recordado una investigación realizada en 2004 con un grupo de adolescentes para determinar las características de la personalidad de los jóvenes contemporáneos. "Una de las conclusiones fue que estamos empeñados en construir una personalidad online", ha señalado el arzobispo de Madrid. Según Cobo, este esfuerzo resta energías para hacernos las preguntas sobre la vida, lo cual puede conducirnos a "perder la identidad real. Hay que hacerse las preguntas concretas".
El arzobispo de Madrid ha invitado a dejarnos "sorprender por el Dios que nos llama por nuestro nombre". De lo contrario, "acabaremos vagando por un mundo deshumanizado y seremos seres deshumanizados. Pero si cultivamos la capacidad del asombro seremos capaces de ver a Dios". "Despertad es la llamada. Despertad de la dormidera para poder hacer en el corazón las preguntas fundamentales. Para percibirnos creados y amados por Alguien desde siempre. La revelación es así: la historia de un coloquio amoroso entre Dios y el hombre. Debemos apostar por la cultura del encuentro: que incorpora el otro y a los otros. La revelación es la que da sentido a nuestra vida. Hay que sentarse a escuchar y estar juntos", ha subrayado el cardenal Cobo.
El cardenal Cobo ha advertido de otro gran "divorcio" entre la fe y la vida diaria: "Es una grieta y limita nuestra capacidad de vivir la fe en todos los aspectos de la vida. Puede llevar a que los cristianos no reconozcamos la vocación bautismal. El reto que se nos propone aquí es integrar la fe en la vida cotidiana y así poder cumplir, cada persona, su misión en el mundo. Él no nos propuso solo un ideal, Él se encarna. Nos propuso un encuentro con Él, vino a nuestro lado. «Maestro, ¿dónde vives?, y la respuesta nos lleva a la primera experiencia: “ven, y sígueme”".
Por otro lado, el cardenal José Cobo ha destacado que "nuestra vida tiene futuro, nuestra vida tiene sentido porque depende de la llamada de Dios. Y no solamente somos llamados; somos co-llamados en la asamblea que es la Iglesia. Nuestra vocación es el bautismo, que luego despega en diversas formas dentro de la Iglesia".
Para concluir, el arzobispo de Madrid ha pedido desterrar "esa forma de ver las vocaciones en la Iglesia como algo" que tiene que ver "con el reparto de estructuras" o el carrerismo. Ha instado a los participantes al Congreso de las Vocaciones a "poner nuestros cimientos en el agua del bautismo. Ayudemos a los jóvenes a descubrir que son vocación. No quiénes son, sino para quiénes son".
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