Marina Pinto destaca la importancia del discernimiento vocacional en el Congreso de Vocaciones de la CEE Marina Pinto, miembro de la Delegación de Jóvenes de Madrid, participará en el taller de Experiencias de Pastoral Vocacional del Congreso de Vocaciones "¿Para quién soy?", organizado por la Conferencia Episcopal Española (CEE) del 7 al 9 de febrero. El evento, que tiene lugar en respuesta a la invitación del Papa Francisco en Christus Vivit para ayudar a los jóvenes a descubrir la voluntad de Dios para sus vidas, verá a Pinto destacar la importancia del discernimiento y la vocación en la vida cristiana. Durante el taller, también explicará cómo el Grupo Horeb, donde comenz. Marina Pinto, colaboradora de la Delegación de Jóvenes de Madrid, participará este fin de semana (7-9 de febrero) en el taller de Experiencias de Pastoral Vocacional, dentro del Congreso de Vocaciones «¿Para quién soy?», organizado por la Conferencia Episcopal Española (CEE). Pinto, cuyo camino vocacional comenzó en Horeb, un grupo de discernimiento para jóvenes, destacará la importancia del discernimiento y la vocación en la vida cristiana. Horeb surgió como respuesta a la invitación del Papa Francisco en Christus Vivit para acompañar a los jóvenes en el descubrimiento de la voluntad de Dios para sus vidas. Según Pinto, este grupo ha sido fundamental en su formación ya que "aprender a discernir es fundamental, y para ello necesitamos autoconocimiento y oración". Durante el taller, explicará cómo el Grupo Horeb acompaña a los jóvenes que participan en él, no solo en el ámbito de la pastoral vocacional, sino también como un criterio de vida. Marina Pinto insiste en que "el día que dejemos de discernir, dejaremos de ser cristianos", subrayando que "el discernimiento es un proceso continuo y nadie puede renunciar a su propia vocación". Añade que "la Iglesia, como Madre, acompaña con ternura y sabiduría cada proceso vocacional, y eso se refleja en el caminar de los jóvenes". En la Delegación de Jóvenes, Pinto colabora en distintos secretariados, como el de Pastoral Vocacional. Para ella, es una manera de devolver lo recibido y de vivir la pastoral juvenil como un servicio. A pesar de que este compromiso exige dedicación y entrega, se plantea: "Si no lo hacemos ahora, ¿cuándo?". Marina, estudiante de doble grado en Relaciones Internacionales y Economía, cree que "no basta con aprender y ser discípulos". Por eso, afirma: "Cuando algo te llena el corazón, siempre deseas que otros también lo reciban y lo conozcan". La colaboradora de la Delegación de Jóvenes destaca que este servicio le permite estar en contacto con otros jóvenes, cada uno con sus propias inquietudes y realidades. "Es muy bonito ver el mosaico de jóvenes que hay en la diócesis y saber que todos formamos parte de la Iglesia de Madrid", señala. En este sentido, subraya que la pastoral juvenil busca responder a las necesidades de los jóvenes con la certeza de que "no estamos inventando nada, sino continuando con lo que la Iglesia ha hecho desde sus inicios". Para quienes se preguntan qué quiere Dios de ellos y cómo pueden ser felices, pero también para los consagrados que llevan años viviendo su vocación, Marina concluye con una certeza: "La vida es vocación, y nuestra vocación es lo que nos da la vida".

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