El cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, participó en un desayuno informativo organizado por el diario La Razón el pasado lunes en Madrid, donde abordó temas relevantes para la Iglesia y la sociedad actual.
Durante el evento, Cobo discutió el papel de la Iglesia en el Valle de los Caídos, remarcando que su función es principalmente espiritual, mientras que la administración del monumento recae en el Gobierno. Afirmó que la Iglesia no busca involucrarse en disputas políticas y que su misión es orar por la paz. Cobo también habló sobre los desafíos que enfrenta la Iglesia en Madrid, como la desvinculación social y la desesperanza, y propuso un enfoque sinodal para fomentar la unidad. Además, abordó problemas sociales como la soledad no deseada y la salud mental, y destacó la migración como una oportunidad para la Iglesia. Concluyó compartiendo una anécdota personal que ilustra su compromiso con la comunidad.
El cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, participó en un desayuno informativo organizado por el diario La Razón, donde abordó diversos temas de actualidad. En relación al Valle de los Caídos, Cobo destacó su papel como interlocutor para conectar distintas jurisdicciones, señalando que, aunque la comunidad y el culto continúan, el Gobierno es el actor principal en la administración del monumento. La Iglesia, presente en el Valle por invitación, colabora con otras jurisdicciones internas como los benedictinos y la Santa Sede.
Durante el evento, el cardenal Cobo resaltó la misión de la Iglesia de orar por la paz, especialmente en lugares de culto como el Valle de los Caídos. También se refirió a un reciente escrache a la salida de la Asamblea Plenaria, señalando que la Iglesia no busca involucrarse en las disputas sobre el Valle, sugiriendo que ciertas cuestiones deben ser planteadas al Gobierno. Cobo subrayó que la Iglesia se centra en su misión espiritual y no en las controversias políticas.
En el contexto del Año Jubilar de la Esperanza, el cardenal Cobo identificó desafíos para la Iglesia en Madrid, como la desvinculación social y la desesperanza. Propuso un enfoque sinodal para fomentar la unidad y destacó el papel de la diócesis, con numerosos laicos y clérigos activos en la comunidad. Cobo enfatizó la importancia de la familia y la juventud, citando ejemplos de participación juvenil en actividades religiosas, como un reciente vía crucis en Madrid.
El cardenal también abordó problemas sociales como la soledad no deseada, la dualización social y la salud mental. Mencionó la necesidad de atender los abusos tanto dentro de la Iglesia como en el ámbito intrafamiliar. En cuanto a la migración, Cobo la describió como una oportunidad para la Iglesia y abogó por un pacto de estado a nivel europeo para gestionar la situación de manera integral y sostenible.
Finalmente, el cardenal compartió una anécdota personal sobre su vocación y su experiencia en Proyecto Hombre, ilustrando su compromiso con la comunidad. Recordó la historia de un niño que enfrentó una tragedia familiar, destacando la fe del menor como fuente de inspiración en momentos difíciles. Cobo concluyó su intervención subrayando la importancia de la cercanía y el apoyo espiritual en la vida cotidiana de las personas.
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