El 8 de febrero, en la Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata de Personas, se celebró en Roma un evento emotivo donde las víctimas de trata de personas compartieron sus experiencias y esperanzas.
Coordinado por la Hermana Abby Avelino de Talitha Kum, una red de congregaciones religiosas comprometidas con la lucha contra la trata de personas, el evento buscaba sensibilizar a la sociedad sobre esta problemática global y resaltar la importancia de la colaboración entre organizaciones. Las víctimas, que han sufrido directamente la explotación humana, ofrecieron testimonios cruciales para dar.
En el marco de la Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata de Personas, que se celebra el 8 de febrero, se ha llevado a cabo en Roma un conmovedor evento en el que las víctimas de este delito han tenido la oportunidad de compartir sus experiencias de dolor y, al mismo tiempo, sus sueños y esperanzas.
El acto, que ha tenido lugar en la capital italiana, ha permitido a las víctimas de la trata de personas expresar sus sentimientos y emociones, en un intento de sensibilizar a la sociedad sobre esta problemática global. El testimonio de estas personas, que han vivido en primera persona la dureza de la explotación humana, ha sido crucial para poner rostro y voz a una realidad que, a menudo, permanece oculta.
La Hermana Abby Avelino, coordinadora internacional de Talitha Kum, una red de congregaciones religiosas comprometidas en la lucha contra la trata de personas, ha destacado la importancia de la colaboración entre las distintas organizaciones: "Sin la creación de redes entre las distintas ONG, asociaciones y congregaciones no podrían realizar su trabajo. Y juntos debemos ayudar a los supervivientes", ha señalado.
La Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata de Personas es una fecha clave para recordar a las víctimas de este delito y para reafirmar el compromiso de la sociedad en su conjunto en la lucha contra esta forma de esclavitud moderna. Con eventos como el celebrado en Roma, se busca no solo dar visibilidad a la problemática, sino también ofrecer un espacio de esperanza y sanación para aquellos que han sufrido por ella.
El 8 de febrero, en la Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata de Personas, se celebró en Roma un evento emotivo donde las víctimas de trata de personas compartieron sus experiencias y esperanzas.
Coordinado por la Hermana Abby Avelino de Talitha Kum, una red de congregaciones religiosas comprometidas con la lucha contra la trata de personas, el evento buscaba sensibilizar a la sociedad sobre esta problemática global y resaltar la importancia de la colaboración entre organizaciones. Las víctimas, que han sufrido directamente la explotación humana, ofrecieron testimonios cruciales para dar.
En el marco de la Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata de Personas, que se celebra el 8 de febrero, se ha llevado a cabo en Roma un conmovedor evento en el que las víctimas de este delito han tenido la oportunidad de compartir sus experiencias de dolor y, al mismo tiempo, sus sueños y esperanzas.
El acto, que ha tenido lugar en la capital italiana, ha permitido a las víctimas de la trata de personas expresar sus sentimientos y emociones, en un intento de sensibilizar a la sociedad sobre esta problemática global. El testimonio de estas personas, que han vivido en primera persona la dureza de la explotación humana, ha sido crucial para poner rostro y voz a una realidad que, a menudo, permanece oculta.
La Hermana Abby Avelino, coordinadora internacional de Talitha Kum, una red de congregaciones religiosas comprometidas en la lucha contra la trata de personas, ha destacado la importancia de la colaboración entre las distintas organizaciones: "Sin la creación de redes entre las distintas ONG, asociaciones y congregaciones no podrían realizar su trabajo. Y juntos debemos ayudar a los supervivientes", ha señalado.
La Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata de Personas es una fecha clave para recordar a las víctimas de este delito y para reafirmar el compromiso de la sociedad en su conjunto en la lucha contra esta forma de esclavitud moderna. Con eventos como el celebrado en Roma, se busca no solo dar visibilidad a la problemática, sino también ofrecer un espacio de esperanza y sanación para aquellos que han sufrido por ella.
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