Cuaresma con corazón abierto al amor y perdón: mensaje del Cardenal Cobo en Basílica de Medinaceli El primer viernes de marzo, miles de fieles se congregaron en la Basílica de Jesús de Medinaceli en Madrid para el tradicional besapié del Cristo Cautivo, una de las imágenes más veneradas de la ciudad. Este evento religioso fue presidido por el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, quien instó a los presentes a vivir la Cuaresma con el corazón abierto al amor y al perdón.

Durante su homilía, el cardenal Cobo hizo hincapié en la importancia de la imagen del Cristo de Medinaceli, un símbolo de la pasión y el sufrimiento de Cristo, y la relacionó con el sufrimiento de las personas que hoy en día son juzgadas y maltratadas. También resaltó el significado del besapié, un gesto de devoción que atrae a miles de fieles cada año, y pidió a los creyentes que permitieran que su fe los transformara.

El primer viernes de marzo ha congregado a miles de fieles en la Basílica de Jesús de Medinaceli, en Madrid, para el tradicional besapié del Cristo Cautivo, una de las imágenes más veneradas de la ciudad. La solemne Eucaristía ha sido presidida por el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, quien en su homilía ha invitado a los presentes a vivir esta Cuaresma con el corazón abierto al amor y al perdón. El cardenal destacó la importancia de la imagen del Cristo de Medinaceli, que evoca la pasión y el sufrimiento de Cristo.

El arzobispo recordó la historia de la imagen, que en el siglo XVII fue profanada y arrastrada por las calles de Mequinez tras la toma de la ciudad por el sultán. El cardenal Cobo relacionó el sufrimiento de Jesús con el de tantas personas que hoy siguen siendo juzgadas y maltratadas. "La historia se ha repetido continuamente: Jesús ha sido humillado, maltratado, y no solo aquel primer día delante de Pilato. También esta imagen nos ha evocado a cuantos, a lo largo de la humanidad, han sido juzgados, crucificados, maltratados, y en Él hemos reconocido a todos", afirmó.

El acto más esperado de la jornada fue el besapié de la imagen, un gesto de devoción que congrega cada año a miles de fieles. El cardenal destacó el significado de este encuentro con el Cristo de Medinaceli. "¡Cuánta gente hay a nuestro alrededor que ha besado esta imagen y ha sido capaz de recoger otro beso! Cada vez que nos hemos acercado a Jesús, Él nos ha dado otro beso", explicó el arzobispo de Madrid, quien señaló que ese beso es un símbolo de la gracia de Dios.

El cardenal instó a los fieles a no quedarse solo en el gesto exterior, sino a dejarse transformar por la fe. "Hemos besado al Cristo, hemos mirado al Cristo, hemos celebrado la Eucaristía, y no es para andar después como si nada. Ha quedado grabado en nosotros ese beso y ha quedado grabado su beso. Seamos ahora nosotros 'los pies' de Cristo", subrayó.

Finalmente, el cardenal Cobo concluyó su homilía con un mensaje de compromiso. "Todos los que hemos pasado por aquí hemos recibido el encargo, por el mismo Cristo, de perdonar, rescatar y dar la mano a los otros", señaló, animando a los fieles a vivir el Evangelio en su día a día, en especial durante esta Cuaresma. También recordó la denominada del Papa Francisco en este Año Jubilar, en el que la Iglesia ha sido invitada a caminar unida en Esperanza.

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