Jubileo en Mongolia: fervor y optimismo bajo la protección de la Madre del Cielo, según el Cardenal Marengo El Jubileo en Mongolia se está celebrando con gran fervor y optimismo bajo la supervisión del Cardenal Giorgio Marengo, Prefecto Apostólico de Ulán Bator.

Este evento religioso, que se centra en la formación y el compartir, tuvo lugar bajo la protección de la Madre del Cielo, un título otorgado por el Papa Francisco a una estatua de madera de María encontrada en un vertedero y ahora entronizada en la catedral de la ciudad. El Cardenal Marengo destaca la importancia de la participación comunitaria en las actividades del Año Santo, y la estatua de la Madre del Cielo se ha convertido en un poderoso símbolo de la fe y la esperanza que caracterizan a la comunidad cristiana en Mongolia.

El Jubileo en Mongolia se está desarrollando con gran fe y esperanza, según el Cardenal Giorgio Marengo, Prefecto Apostólico de Ulán Bator. En esta pequeña porción de la Iglesia en el país asiático, la formación y el compartir son los pilares centrales de todas las actividades que se llevan a cabo.

El Año Santo se celebra bajo la protección de la Madre del Cielo, título con el que el Papa Francisco decidió honrar a la estatua de madera de María, que fue encontrada en un vertedero y posteriormente entronizada en la catedral de la ciudad. Este gesto demuestra el profundo respeto y veneración que se tiene por la figura de María en este rincón del mundo.

El Cardenal Marengo enfatiza la importancia de la formación y el compartir en la comunidad, implicando a todos en las actividades, como parte esencial del Año Santo. La estatua de la Madre del Cielo, encontrada en un vertedero y ahora entronizada en la catedral, es un símbolo potente de la fe y la esperanza que caracterizan a la comunidad cristiana en Mongolia.

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